Se acabaron los juegos de París. ¿Los mejores de la historia? Quien sabe, eso lo tiene que juzgar cada cual. En España nos gusta mucho hacer esa pregunta desde los juegos de Barcelona para reivindicar que los nuestro fueron insuperables. Realmente no hay juegos peores ni mejores, cada uno es especial a su manera. Además, el formato está ya totalmente conseguido por lo que es imposible que por malos que sean no terminen gustándote. Hay tantos deportes diferentes a la vez que siempre terminas encontrando algo que te gusta. Locura a todas horas y en todos los canales. Así que como post final de estos juegos vamos con el resumen final del evento y alguna que otra reflexión.
Ceremonia de clausura. Está claro que pusieron todos los huevos de la cesta en la apertura y aún así les salió de aquella manera. Al menos aquella contaba con la espectacularidad de la arquitectura singular de París, la de clausura contaba con… no tengo ni idea la verdad, porque me he quedado como estaba. Comenzó muy bien en los Jardines de las Tejas, donde apagaron el pebetero y se llevaron una llamita en una pequeña linterna y a partir de ahí, cuesta abajo y sin frenos. Una cosa aburrida, pretenciosa, sin sentido… tenía pinta de ser el típico trámite que estás obligado a hacer pero que te quieres quitar de encima lo antes posible. Sin duda una de las ceremonias menos emotivas de la historia. No hubo ningún momento especialmente significativo que te hiciera echar la vista atrás, fue aburrida, aburrida y más aburrida aún. El único momento interesante de la noche llegó cuando de repente apareció Tom Cruise, se descolgó del techo del estadio, robó la bandera olímpica, huyó en moto, se montó en un avión y se la llevó a los Ángeles. Vaya, ¡era posible hacer algo entretenido!
¿Sabéis esas ceremonias que te dejan con la lágrima floja y te hacen añorar todo lo vivido durante las últimas dos semanas? Pues esta no fue una de esas. Creo que RTVE pensó exactamente lo mismo ya que tardó medio segundo en cortar la señal cuando terminó la ceremonia, incluso puede que se dejara algo fuera. En fin, pasemos página.
Los juegos en general. Como ya he dicho más arriba, el formato es un cañón y poco más hay que hacer para que resulte atractivo. Van poniendo y quitando deportes a ver si aciertan con alguno pero es muy raro que los nuevos sobrevivan mucho tiempo. Aquí la única novedad fue el Break Dance y fue un poco desastre porque fue el coladero por donde se metió alguna persona que no tenía ni idea de qué iba aquello. No van a repetir la experiencia en los siguientes juegos y no me extraña en absoluto, en mi opinión los bailes no tienen cabida en este evento. Los otros deportes que parecían nuevos, el baloncesto 3×3, el skateboard y el surf realmente no lo eran, ya que estuvieron en Tokio, pero no les hicimos demasiado caso. A mi tampoco me apasionan la verdad, aunque los nuevos que van a meter en los Ángeles, mucho ojo con ellos: baseball/softball, cricket, fútbol bandera, lacrosse y squash. Os dejó que busquéis los que no conocéis en vuestro buscador favorito para que os podáis sorprender vosotros mismos.
Pero volviendo a estos juegos, la verdad es que ha habido muchos momentos donde se ha dado más importancia a la ciudad que a los deportistas. Los escenarios donde se desarrollaban las pruebas eran espectaculares: el Sena, la Torre Eiffel, el Grand Palais, Roland Garros, los Inválidos, Trocadero, Versalles, etc, etc. Cada emplazamiento contaba con unos planos de cámara espectaculares que prácticamente devoraban lo que estaba sucediendo en su interior. Claro que ha habido estrellas en estos juegos: Simone Biles, Leon Marchand, Katie Ledecky, Armand Duplantis, Quan Hongchan, Lebron James, etc. Pero se ha dado tanta importancia al decorado que muchas veces se comía absolutamente todo. No es algo necesariamente malo porque el deporte siempre ha estado en primer lugar, pero en muchos momentos te hacía olvidar que es lo que estabas viendo para dejarte boquiabierto con todo lo que había de fondo.
Aunque pueda parecer lo contrario, ninguna queja a ese respecto. Todo ha sido muy bonito, las competiciones han sido formidables y el escenario elegido ha sido una pasada. Todo muy bien, muy parisino pero muy bien.
En cuanto al rendimiento de la delegación española, repasemos una vez más el número de medallas y diplomas: 5 oros, 4 platas, 9 bronces, para un total de 18 medallas. Una más que en los anteriores juegos de Tokio y Río. En número de diplomas hemos obtenido 51 por 42 en los anteriores. En líneas generales los resultados son prácticamente los mismos de unos juegos a otros, ni mejoramos ni empeoramos, los números son más o menos lo mismo. Esto lo único que quiere decir es que el desarrollo del deporte olímpico en España lleva bastante años estancado. En Barcelona se dió el salto de calidad con la creación del programa ADO en 1987 y desde entonces se ha mantenido el mismo modelo, basado en premiar a los triunfadores y dejar de lado a los perdedores. Así que estamos en las mismas de todos los juegos y en los siguientes los resultados serán más o menos los mismos, porque el modelo se va a seguir manteniendo.
En los medios ha habido mucha palabrería en tonos muy elevados repitiendo muchas veces decepción y fracaso porque el presidente del COE vendió la moto de que se iban a superar las medallas de Barcelona y todos los medios fueron detrás como fanboys descerebrados. Toda esta euforia viene provocada porque veníamos de tener unas actuaciones espectaculares en mundiales y europeos, pero a la hora de la verdad la hora de demostrar nuestra valía en los juegos, la misma historia de siempre. Y esto no es culpa de los atletas en absoluto, al contrario. Todos los que han participado en los juegos han dado lo mejor de sí y se han dejado la piel en la pista. La actuación de los nuestros ha sido sobresaliente, tanto los que han triunfado como los que no han conseguido sus objetivos. Para ellos un 10. Para nuestro ecosistema de deportes un aprobado justito, porque entre comités, federaciones, gobierno y todo tipo de entes burocráticos, no avanzamos en absoluto.
Punto y final. Me lo he pasado muy bien con los juegos y espero que vosotros también hayáis disfrutado de ellos. El tener tanta tecnología y señales televisivas al alcance de la mano ha resultado bastante estresante ya que había momentos en que había hasta 4 españoles compitiendo a la vez y entre la televisión, el portátil, la tablet y el móvil, ¡locura absoluta! Pero una vez cada cuatro años merece mucho la pena. Los juegos son el mayor evento televisivo de nuestros tiempos y hay que disfrutarlos mientras el cuerpo aguante. Gracias a todos por leerme y gracias al Barón que se inventó todo esto. Y luego decían que la aristocracia no valía para nada.