Pues otro año más, en vez de estar poniendose como el quico y relajandose en casa, a correr por las calles de Madrid horas antes de las campanadas. En mi caso, este año ha sido una experiencia totalmente horrible y es que a perro flaco todo son pulgas.
Para empezar, llevaba un mes sin poder entrenar debido a diversas enfermedades menores (tipo gripes) y a la adversa climatología, en la que cada llovía un día sí y otro también. Y claro, cuando uno viene de una enfermedad, correr mojado como que no es la mejor receta. Así que entre unas cosas y otras, llegue al día 31 con un mes sin pisar la calle y con la clara idea de simplemente acabar la carrera como sea. Nada de marcas, nada de intentar proezas, simplemente llegar al final y punto. Así que con más frío que nunca y con una cantidad de gente brutal nos presentamos en la salida. Cada año acude más y más gente a este evento y hay tramos de la carrera que prácticamente son un infierno. La salida es muy tortuosa y el primer kilometro es un discurrir de codazos y empujones, como si fuera una carrera de 1500 pero con miles de personas. Pero aún así eso se puede más o menos llevar. Lo que fue un infierno fue la lluvia que empezó a caer nada más empezar la carrera y no paro hasta terminarla, como si estuviera esperando para aguar la fiesta. Y fue horroroso, porque había tramos en los que te entraba un viento de costado que te helaba, otros donde caía como si fuera granizo y hacia daño en toda la piel y otros en los que notabas como ibas calado hasta los huesos y costaba moverse. Horrible, de verdad, un infierno. No recuerdo que lo haya pasado nunca tan mal corriendo y no sé que fue peor, si la carrera en sí, o la hora posterior a llegar a la meta, con toda la ropa empapada y con los huesos destrozados.
La marca, pues superior a la hora en bastante y gracias. Llegue y punto, que ese era mi objetivo para este año. Esperemos que otro año las circunstancias sean más propicias y al menos no llueva. El frío es fácil combatirlo, la lluvia es muy complicado. Pero la prueba sigue siendo una gozada, y que te adelante el coche de los Picapiedra no tiene precio. Y una pareja de novios vestidos para la boda y Asterix y Obelix y…
Hay que tener cojones de ponerse a correr con el tiempo que ha hecho este invierno en Madrid. Yo me hubiera quedado en casa devorando alguna serie.
Estas pruebas sin un tiempo que acompañe no molan tanto.
Y sí, lo más divertido son los disfraces, eso mola, y mucho 😀
ánimo pa la próxima :?)