Hemos llegado, por fin. Hoy es el día en que se estrena la segunda temporada de Dollhouse. En los USA evidentemente, en España ni esta ni se la espera, a no ser a las tres de la madrugada en cualquier canal de mala muerte.
Mientras esperamos que el capítulo aparezca en los sitios habituales para degustarlo como merece, tengo que reconocer que me siento un poco como un acosador de esos que están pendientes a todas horas de la vida de su estrella favorita. Me suscribí al twitter de Eliza alla por mayo viendo que estaba largando noticias de la renovación de la serie. ¿Qué mejor que enterarse de las novedades que de boca de la misma protagonista? Pero en vez de contar cosas sobre Dollhouse empezó a largar sobre un viaje a África, contando casi constantemente donde estaba en ese momento. Y hubo un momento en el que estuve a punto de decirle a un compañero de trabajo: ¿Has visto la foto de Eliza con los elefantes? Y es uno de esos momentos en donde te das cuenta que algo no funciona, es decir, ¿a quien le importa? Pues a un acosador…
Twitter me parece una herramienta maravillosa y supongo que algún día me haré una cuenta, pero este tipo de cosas me da bastante grima. A veces me siento como si fuera a venir la policía a preguntarme si sabia donde estaba Eliza a tal hora a tal día y yo le diré que sí lo sabia, que estaba entrenando en tal gimnasio para un capítulo. ¿Y por qué tengo que saber yo eso? ¿Acaso es imprescindible conocer todos los pasos de una persona? Lo dicho, escalofríos.
Anda mira, la última foto que ha colgado para sus seguidores en twitter…

Sabes que la serie se está emitiendo en Fox en España los jueves por la noche ¿verdad?
Y en rapidshare y megaupload al día siguiente…
Decían que el primer episodio había tenido una audiencia más bien discretica, ¿no? Esperemos que no haya riesgo de cancelación otra vez…
¿Discretica? ¡¡¡¡LAMENTABLES!!!! Madre mía, jamás habia visto unas cifras tan bajas. No llegamos a la tercera, no llegamos.
Pues es una pena, porque a mí me gusta bastante y parece de las que habría que ir consiguiendo adivinar la gran trama central muy lentamente.