Ganamos. Otra vez. Merecidamente, aplastando en la final a Italia con un espectacular 4-0. Jugamos bien, más que bien, maravillosamente bien, espectacularmente bien. No se le puede poner un pero a la victoria y de todos los equipos que participaron en la Eurocopa fuimos los mejores… me aburro.

Lo peor de este tipo de victorias es intentar escuchar un programa deportivo de radio esa misma noche o comprar la prensa al día siguiente. Son todo loas, alabanzas y lamidas de culo. Esta claro que en momentos así no se puede hablar de otra cosa, pero escuchar a periodista tras periodista lo bueno que somos empalaga demasiado. No es que desee la derrota de España, al contrario, yo soy el primero que se da golpes en el pecho como el que mas, pero esta es una de esas cosas odiosas asociadas a las cosas buenas. La otra es jugar la maldita Copa Confederaciones, torneo odiado y absurdo donde los haya, pero que te toca jugar por ser campeón de algo. Ganar es la vez lo mejor y lo más aburrido, pero es preferible esto a caer humillado en cualquiera de los partidos anteriores.
Aunque tengo que reconocer que la victoria ha traído una parte divertida: periodistas tirándose a la cara lo aburrido que era ver jugar a esta selección. Tan bocazas fueron los que se quejaron en su día como los que ahora van con el pecho hinchado en su particular caza de brujas. Con la copa en las vitrinas es muy fácil hablar y presumir, pero cuando te tragar un infumable España-Croacia la cosa cambia. Somos malos ganadores en general y no sabemos como gestionar los éxitos de nuestros equipos. Mientras en el resto del mundo se alaba lo que hemos hecho, aquí estamos con dimes y diretes, con tu dijiste yo dije, y con yo soy más de la selección que tu. Así somos y ya he leído en algún sitio que lo único que nos queda a partir de ahora es esperar la derrota. Optimistas que somos.

Nos ha faltado épica, ese es el problema. En la anterior Eurocopa hubo una dramática tanda de penaltis con Italia que supuso afrontar todos nuestros demonios. En el Mundial la final parecía más un campo de batalla que un partido de fútbol y terminamos marcando casi al final de la prorrogar. En esta Eurocopa sin embargo… un empate, una victoria fácil, un partido aburrido, otra victoria fácil, una tanda de penaltis donde Casillas nos quito todos los miedos en el primer lanzamiento y una final… pues eso, la final más plácida de la historia. Y no por el rival, que daba igual contra quien nos hubiéramos enfrentado, jugando así ganamos a quien sea. Ganar se esta convirtiendo en norma y lo peor de todo es que nos estamos acostumbrado a ser los gallitos del corral.
Pues se acabo la Eurocopa y dentro de poco tenemos los juegos olímpicos, que esperemos sean mucho más entretenidos. Somos los mejores. A ver cuanto dura.













Estoy preocupadisimo. Lo normal en vísperas de un partido tan importante para nuestra selección es que todos estuviéramos hablando de él. Haríamos cuentas, estaríamos fijándonos en los antecedentes, mirando las estadísticas, más o menos como hace cuatro años. Pero en realidad… ¡nadie habla del partido! Y me preocupa porque es en este tipo de ocasiones cuando el gobierno nos suele colar una reforma laboral, una nueva subida de impuestos, cosillas de esas. Pero esta vez ha sido todo al revés, nos han metido un rescate de 100.000 millones por toda la escuadra para que no hablemos del fútbol. ¡No me asustéis! ¿Qué es lo que le va a pasar a nuestra selección? ¿Qué es eso tan gordo que habéis montado todo este lío del rescate para que no se sepa? ¿Torres jugando de titular?

En el mundial de Estados Unidos de 1994 las televisiones pasaban una y otra vez un anuncio con los integrantes de la selección española afirmando tajantemente que íbamos a ganar el mundial. Lo decían con tal fe y tal convicción que te lo creías sin ninguna duda. Íbamos a ganar y todos nos lo creíamos, nos poníamos la venda en los ojo y creíamos que efectivamente, ese iba a ser nuestro mundial. Y lo mismo en el 98, en el 2002… es algo que llevamos en los genes. Daba igual las veces que nos diéramos de bruces con la cruda realidad, eramos favoritos e íbamos a ganar. Hasta que al final ganamos de verdad. Eurocopa y Mundial nada menos. Y entonces llega una nueva competición al máximo nivel y… ¿vamos a ganar? Por supuesto que sí, lo llevamos en los genes. Pero es… extraño… porque ahora ya hemos ganado y no sentimos la misma ansiedad. Por supuesto que tenemos que ganar y si perdemos nos llevara la desesperación y nos cagaremos en los muertos de todos. Pero si hacemos un papel decente y no logramos ganar el título pues como que es más perdonable que en otras ocasiones… Aunque hay que ganar, eh, sí o sí, no hay excusas.