
Menudo décimo día de los juegos que hemos vividos. De los de no apartar ni un momento de la pantalla mientras el corazón palpita desbocado de emoción. Hoy ha sido el día más grande para la selección olímpica española, el día en que por fin hemos roto el cascarón y lo hemos dado todo. Ha sido un día único e inolvidable, un día maravilloso. Vamos allá, que hay mucho que contar.
La mañana empezaba con la prueba de triatlon. Los favoritos, los hermanos Brownlee, británicos y dos malas bestias cuyo estilo de competición consiste en atacar continuamente como si no hubiera un mañana. Por nuestra parte, Javier Gomez Noya, nuestra gran baza en los últimos años junto con Ivan Raña, ganador de infinidad de títulos y cuarto en los pasados juegos de Pekin. Esto último quizá fue lo más decepcionante de su carrera, porque a pesar de que es una posición estupenda, en aquella ocasión se esperaba un oro cantado y no fue así. Se temía que a Noya le hubiera entrado el típico miedo olímpico que atenaza a muchos atletas, que a la hora de la verdad no son capaces de dar lo mejor de si mismo. Pero hoy iba a ser otra historia. En la primera parte de la prueba, la de natación, Noya salia segundo del agua y rápidamente se cambiaba para salir primero a recorrer Hyde Park en bicicleta. Poco a poco se iban uniendo más competidores hasta formar un grupo de favoritos que tiraban fuertisimo para evitar que más componentes se unieran a la lucha de las medallas. Esa parte transcurrió a buen ritmo y que sin que nadie parecía querer arriesgarse ante lo que estaba por venir, los 10 kilómetros finales a pie. Y ese fue el momento que eligieron los hermanos para destrozar la carrera. El mayor, Alistair, se puso en cabeza, el menor seguía su estela y el resto de participantes empezaban a quedarse clavados. Todos excepto Javier, que aguantaba como un campeón su ritmo. Viendo que tenían un molesto compañero de aventuras Alistair siguió aumentado el ritmo, empezando a alcanzar una velocidad demencial para este tipo de pruebas. Tan demencial que su hermano no pudo aguantar demasiado tiempo y se queda descolgado. Solo quedaban Alistair y Javier, corriendo como si el diablo les persiguiera. Parecía que el británico podía aumentar de velocidad indefinidamente y así lo hizo, llegando un momento en que Noya no pudo más y tuvo que contentarse con seguirle a cierta distancia. No había nada que hacer, era imposible alcanzar la primera posición y la segunda era algo maravilloso para el nivel que había tenido la prueba. Alistair cruzo la linea de meta, con un tiempo de 29:07 en los últimos diez kilómetros… ¡brutal! Gomez Noya llegaba segundo y ambos caían derrumbados tras la línea de meta. El menor de los hermanos llegaba a poca distancia y los tres conformaban un podio espectacular.
Tremendamente emocionante y espectacular este triatlon, sobre todo en su parte final, con los ataques demoledores de Alistair. Una autentica gozada, una preciosidad de prueba, unos participantes de altura. Que gran medalla ha conseguido Gomez Noya, no terminaba de estar en todas las quinielas pero se ha dejado la piel como un jabato. Grandioso, muy grande. Ya lo era, pero nunca esta de más demostrarlo en un escenario olímpico.
La segunda del día era la crónica de una medalla anunciada. A Marina Alabau le bastaba con ser séptima en la medal race, disputada solo por diez participantes. Y la prueba se desarrollo con una tremenda placidez. Las rivales de la sevillana decidieron marcarse entre ellas y olvidarse de alcanzar el oro, lo que Marina aprovecho para ir escalando puestos y colocarse en cabeza de pruebas. Se la vio tan bien y tan confiada, que en la última parte se lanzó hacia la victoria y vaya que si la consiguió. Una victoria que no pareció demasiada complicada pero que hay que recordar que se fraguo en las diez regata anteriores, ya que los puntos se acumulaban para esta última. Marina ha dominado su especialidad en todo momento y nunca nadie pareció inquietarla seriamente. Desde la segunda regata ocupa la primera posición y la llevo hasta el final, hasta el oro. No es que fuera fácil, es que ella lo hizo fácil.
Esta es la primera vez que se pudo contemplar por televisión una regata entera de esta categoría ya que hasta el momento solo se habían podido ver minutos aislados. No ha sido hasta el momento en que prácticamente tenía la medalla colgada del cuello que los medios han hecho caso de esta regatista y es un poco triste ya que desde la segunda jornada de pruebas, ya se veía claro que era una aspirante a medalla. Hemos visto a Marina lo justo y todo porque su sede esta un poco lejos de la capitán inglesa. Supongo que lo mismo pasara con las tres participantes en la clase Elliot, que ahora mismo están casi clasificadas para semifinales de su prueba y no parece que vayamos a saber nada de ellas hasta el día de las medallas. En fin, un poco triste.
Por cierto, esta medalla no la podremos revalidar en los próximos juegos. La federación española de vela voto en contra de su inclusión en el programa olímpico aunque luego pidieron unas extrañas disculpas. Dicen que no es 100% seguro, pero tiene narices meter el kitesurfen unos juegos. Ya, que el windsurf es también de aquella manera, pero es que lo del kite ya es demasiado.
Merecida medalla de oro, ganada con un gran maestría demostrada de principio a fin. Lo que se llama un oro de libro.
La siguiente medalla del día vino en natación sincronizada, como estaba cantado, solo que no se sabía el color del metal. El bronce estaba más o menos asegurado y había que recortar alguna décima a las chinas para hacernos con la plata. Aunque la verdad es que por lo que se transmitía desde el mismo equipo de sincronizada la plata era imposible porque los jueces nos habían «tongado» unas décimas. Incluso la misma entrenadora de las chicas daba declaraciones a diestro y siniestro mostrando su decepción por el comportamiento de los jueces. ¿Cómo no podían ver que nosotros lo habíamos hecho mejor? ¿Cómo? La verdad es que esta situación no es nueva, hace cuatro años se repitió el mismo mantra pero esta vez contra las rusas. Nuestro ejercicio era el mejor, el más original, el más vistoso, el más trabajado, el más más y el más de los mases. ¿Cómo los jueces eran tan ciegos? Menos mal que una vez rajado todo lo que se pudo, se pusieron a trabajar seriamente en arañar esas décimas. Se trabajo mucho, se vieron vídeos, se encontraron errores, se incidió en los puntos a corregir y se noto una barbaridad en la exhibición de hoy. Por un lado las chinas no estaban tan explosivas como ayer y por el otro nosotras realizamos la rutina con una gran perfección. Andrea Fuentes y Ona Carbonell se salieron. Así sí, así sí que podemos decir de verdad que nos merecemos quedar por delante de las chinas, como así fue, medalla de plata a un trabajo excepcional.
Quizá nos vino bien el tortazo que nos dieron las chinas en la cara. Ya teníamos asumido desde antes de la competición que nos llevábamos la plata ante la distancia sideral que nos separa de las rusas. Y nos dormimos y se noto. Menos mal que nos ha dado el tiempo justo para espabilarnos y llevarnos la medalla. Lo que nos queda en esta categoría es mucho más duro, pero ya nos han mostrado el camino, ojala pueda llegar alguna más.
La medalla más uno del día es de un color desconocido. Se trata de un oro o de una plata porque estamos hablando de una final por equipos. En este caso las chicas de waterpolo femenino que en su primera participación en unos juegos están dejándonos a todos con la boca abierta. Aún no han perdido ni un partido y solo un equipo ha sido capaz de empatarnos: nuestro rival en la final, los Estados Unidos.
El partido de hoy no ha sido plácido en ningún momento pero si lo hemos dominado en todo momento. Por delante en el marcador desde el primer minuto de juego, las húngaras no han sido capaces de poder neutralizarnos en ninguna fase del partido. Aunque el resultado final es un poco apretado, 10-9, ha sido una victoria incontestable de principio a fin. Tenemos un equipo fuertisimo capaz de vencer a cualquier y lo están demostrando. La final sera el próximo jueves y aspiramos claramente a la gloria. Otra cosa sera lo que pase, pero podemos hacernos con la victoria sin ningún genero de duda. Toda nuestra confianza en este equipo que es una autentica maravilla.
Y hablando de maravillas, no nos olvidemos de las otras guerreras olímpicas, las del balonmano. Estas no han ganado medalla aún, porque estaban en cuartos, pero también han logrado una victoria magnifica ante las croatas a la que han destrozado de principio a fin. Es absolutamente alucinante ver jugar a nuestro equipo, con esa manera de correr durante todo el partido, sin parar un solo momento. No sé si tenemos el mejor equipo de las participantes o no, pero es el que más lucha sin ningún genero de duda. Aunque el balonmano no te llame mucho la atención, no te puedes perder un partido de estas chicas, son tremendamente vibrantes y llenos de acción a raudales. Jamás había visto un balonmano tan vivo como en estos juegos y me quedo con la boca abierta tras cada partido. El jueves las semifinales, y aspiran a todo. Tienen que llegar a lo más alto, porque son de lo más grande que estamos dando en estos juegos.
Han pasado otras cosas a lo largo del día, pero no quiero estropear esa sensación que tenemos ahora tan deliciosa, con el sabor del metal en nuestros paladares. Hoy España ha sido muy grande, grandisima, y nos han demostrado que si se pone lo que hay que poner se puede. Mañana hablaremos de otros aspectos más negativos de los juegos, pero hoy solo quiero fijarme en nuestros campeones. ¡Grande Javier, grande Marina, grande Andrea, grande Ona, grande equipo de waterpolo! Hoy ha sido el día más emocionante de los juegos, el día más feliz. Estos son los juegos, esto es la gloria.
