En el comentario sobre la primera mitad de esta temporada expresaba cierta inquietud que se cernía sobre la serie. Tras la Operación Triunfo que se montó House, hubo tres capítulos bastante decentes (sobre todo el sobresaliente Frozen) que cerraban la temporada ante la huelga de los guonistas. Nos faltaba por ver como iban a afrontar la vuelta del personaje, si contando lo mismo de siempre o arriesgándose a crear algo nuevo y al final han hecho lo mismo de siempre, pero cambiando el punto de vista de la serie, que gracias a ello ha ganado muchos enteros. En las anteriores temporadas, House era una serie donde aparecía un caso médico rarísimo y unos doctores algo particulares se encargaban de curarlo. En la cuarta, House es una serie de unos doctores algo particulares que se encargan de curar casos médicos raros. Puede parecer que es lo mismo, pero en realidad el orden de factores altera el producto. Ahora lo que importa es el elenco de personajes y no el caso médico de turno, que sigue apareciendo en cada capítulo, pero como algo secundario y que interfiere lo justo en la vida de los protagonistas. Quizá este paso se podía haber dado antes, pero el número de protagonistas, seis, quizá no dejaba mucho margen de maniobra. Si embargo ahora tenemos a diez personajes interactuando entre ellos y eso amplia más las posibilidades de crear tramas interesantes, como el triangulo entre House, Wilson y… esa mujer (que como puede ser spoiler no diremos su nombre).
Los capítulos que vienen tras la huelga de guionistas son bastante buenos y se dejan ver bastante bien. El capítulo que piensan que House es un cabrón porque tiene una enfermedad desde hace mucho tiempo es la leche y el siguiente, en el que Wilson debe elegir una cama para dormir me parece maravilloso, aunque no tenga nada excepcional en su argumento. Pero cualquiera de ellos palidece ante los dos capítulos finales, un tour de force brutal que nos deja totalmente desconcertados en su primera parte para golpearnos de la manera más cruel posible en su segunda mitad. Es un final impresionante y que lleva la serie hasta cotas jamás vistas hasta ahora. Este no es el House que estabais viendo hasta ahora, este House es otra cosa, algo que si siguiera a este mismo nivel podría marcar historia en la televisión. No quiero contaros nada para no destrozaros el argumento, pero yo me arrepentiría mucho de no verlos la semana que viene, cuando los emita Cuatro, que con un excelente criterio ha decidido emitir los dos juntos.
Menuda cuarta temporada que nos ha deparado esta serie. Mira que había empezado de una manera maravillosa con ese primer capítulo en donde House tenía que contar con la ayuda del doctor Proper para resolver un caso y luego se montaba su propio concurso para contar con su equipo médico. Pero por increíble que parezca lo mejor estaba por venir, y ese mejor fue Congelado y este final, que nos deja con una serie que ha ido de menos a más y que ha dejado a las otras tres temporadas a la altura del betún. No me puede imaginar como sera una quinta temporada de esta serie, porque ha dejado el listón altísimo.
P.S. Al final, si uno lo piensa, esto temporada en realidad se ha centrado en la vida de una única persona que aparece a lo largo de toda la temporada. Podríamos decir que ha sido el motor que lo ha movido todo.
Total y completamente de acuerdo. El doble episodio final es impresionante se mire por donde se mire. Una temporada redonda y la mejor serie del año.
Por cierto, esta huelga ha conseguido aumentar la calidad media de casi todas las series («Heroes» no, jeje), porque la cuarta de «Perdidos» también está brillando con luz propia.
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