Unos juegos un poco tristes

Se acabó, otra vez más. Esta vez ha sido tras cinco años en vez de los habituales cuatro. La culpa de esto ya la sabemos todos, el dichoso Covid 19. Pero, ¿era necesario celebrar estos juegos? ¿No se podían haber cancelado? Pues sí y no. Si le preguntas a los japoneses la mayoría te dirán que al infierno con ellos, y con toda la razón del mundo. Organizar unos juegos cuesta una cantidad de dinero elevadísima, que se retrasen un año cuesta otro riñon más y que además no venga público es una autentica ruina. Parece imposible cancelar unos juegos, pero hace dos años parecían imposible tantas cosas que finalmente hemos aceptado como normales… Vamos, que si se hubieran cancelado no nos hubiera extrañado demasiado. Hubiera sido una putada enorme para los atletas que llevan años preparándose, por supuesto, pero para el resto de nosotros… no sé. A mi me hubiera dado mucha pena pero me hubiera parecido completamente inevitable. Nos han cancelado tantas cosas que una más…

Pero se han celebrado y aunque los deportistas nos han vuelto a demostrar una vez más toda su grandeza, el aspecto de los pabellones, de los estadios, de las canchas, era realmente deprimente con sus gradas completamente vacías. Si no las hubieran construido es posible que no nos hubieramos dado ni cuenta, pero ahí estaban, en cada plano de cámara, recordándonos una y otra vez el horror al que nos enfrentamos cada día.

Si nos olvidamos del Covid los juegos han sido… pues regulares, sobre todo viendolos desde España. El horario para seguirlos era infernal y la cobertura que ha hecho televisión española espantosa. Así que solo queda fijarse en…

El papel de nuestros deportistas

Para mi simplemente sobresaliente. Mirando a los números quizá parezca que no va más alla de un aprobado o un notable bajo: 17 medallas, 3 oros, 8 platas y 6 bronces. Mismo número que en Rio pero con una diferencia muy considerable en el número de oros, de 7 a 3. Encima esos 3 oros en modalidades que no existían en los anteriores juegos lo que da un poco a entender que son un poco como caídos del cielo, ya que aunque son totalmente merecidos, si no se hubieran hechos cambios en el programa olímpico ni los catábamos.

El número de diplomas olimpicos ha sido curiosamente el mismo, 38, así que estamos más o menos empatados, es decir, ni vamos para arriba pero tampoco muy para abajo. Sin embargo un vistazo al dinero invertido en nuestros deportistas dice algo muy diferente:

La inversión en cada ciclo olímpico va a peor y eso que comprende 5 años, uno más. Es por ello que tiene un mérito extraordinario que con el poco dinero que se mete en el deporte, nuestros atletas hayan conseguido al menos mantener el nivel. Por eso para mi nuestra actuación ha sido sobresaliente, porque con menos medios que nunca seguimos luchando por mantener el nivel.

Otro aspecto que me hace calificar esta actuación de sobresaliente es que hemos visto a todos nuestros seleccionados con un actitud espectacular. Creo que la gran mayoría han dado el máximo de si mismos y se ha esforzado todo lo que han podido. Es posible que en la cabeza todos tengamos alguno ejemplo suelto que nos haya decepcionado, pero en general nuestra delegación se ha portado de diez. En los deportes de equipo, donde en alguno de ellos nos hemos quedado un poco cortos, es que de verdad no había más. Hemos mandado todo lo mejor que teníamos ahora, que no es lo mejor de toda nuestra historia y han hecho lo que han podido. Simplemente es que no hay más.

Bueno, pues poco más, este año ha sido un poco triste para el que escribe esto y aunque he gozado y disfrutado con los juegos no he tenido las fuerzas para escribir por aquí en cada jornada. Esperemos que para los siguientes juegos, que son más cerquita y que podremos seguir más cómodamente la cosa cambie. Y sobre todo que hayamos superado esta asquerosa pandemia que ha puesto en pausa nuestras vidas.

Unos juegos en diferido

¿Trasnochar o madrugar? Esa es la cuestión. La diferencia horaria entre Japón y España es de 7 horas, la peor posible para seguir unos juegos. La jornada suele empezar entre nuestras 2 y 3 de la mañana, aunque no siempre ya que como sucedió con el triatlon, ese día empezó a nuestras 12 de la noche.

No me gustar dormir con la televisión puesta ya que soy más de radio. Así que imaginad lo que es intentar conciliar el sueño mientras te gritan al oido que se han lanzando los triatletas al agua. Es imposible. Así que no te duermes, sigues la prueba, cierras los ojos pero no hay manera. Y entre unas tonterias y otra se te hacen las 3 de la mañana mientras escuchas que están a punto de empezar más pruebas. Pues ni duermes ni al día siguiente eres persona. Es espantoso. Decidas lo que decidas estas perdido porque al día siguiente resulta que te has perdido la mitad de las pruebas. Te levantas, un vistazo a internet y resultados, resultados y más resultados. Iba a decir medallas, pero como están cayendo a cuentagotas tampoco hay que ser tan atrevido.

Pero lo peor es que RTVE no esta ayudando nada con esto. Las retransmisiones en Río ya tuvieron bastante deficiencias, pero ahora es mucho peor ya que están eliminado al espectador de la ecuación. Directamente piensan que el televidente directamente empieza a ver la tele a las 12 de la mañana y se entregan a una fiesta del diferido descomunal. Repeticiones de repeticiones constantemente. Que uno de los nuestros ha ganado una medalla, pues vamos a ver su prueba, y ahora otra vez y adivine que toca ahora… ¡lo mismo! Por no hablar de los momentos de: vamos a ver la última media hora de un partido de tenis que ganó nuestra representante. Es como si tuvieran alergia al directo. Incluso he llegado a ver algún partido de balonmano con la mosca de de “Directo” mientras me llegaba la notificación por el móvil del resultado final. ¿La razón de todo esto? LOS DINEROS.

En estos juegos RTVE solo puede emitir 400 horas de contenido. ¿Eso es mucho? ¿Es poco? Pues en Río emitieron 5.000 horas. Así que con esa reducción de horas nuestra cadena pública ha elegido emitir las pruebas de los españoles, atletismo, gimnasia, natación y ya. De ahí tanta repetición hasta la nausea. El resultado es que estamos viendo unos juegos de hace 20 años, donde todos esos deportes nuevos de los que nos han hablado ni existen. Echar un vistazo a Eurosport da vertigo, de repente hay voleibol, BMX, esgrima y muchos más deportes raros de esos. Pero claro, los dineros. Según el artículo del País que he enlazado emitir los juegos en su totalidad costaría 100 millones más gastos. El paquete que ha elegido el ente público va a rondar finalmente 55 con los gastos incluidos. Mucha pasta se mire por donde se mire. Es nuestro dinero… ¿pero en qué te lo gastarías tú? Yo no lo sé, así que hago lo único que puedo hacer, es decir, quejarme. Y es que no hay que olvidar que los juegos son ante todo un gran negocio.

Una verdadera heroína: Simon Biles

Comenzar a leer la página de wikipedia de esta gimnasta norteamericana es una tarea simplemente abrumadora. Medallas olímpicas, campeonatos mundiales y todo tipo de números estratosféricos que la convierten en una de las gimnastas más importante y con más éxitos de toda la historia. Es por eso que en unos juegos olímpicos falto de estrellas, ella era la que sin duda iba a acaparar todos los focos de la competición. Había ganado 5 medallas en Río, 4 de ellas de oro y todo hacía presagiar que podía conseguir los mismos o más metales en esta edición. Era la favorita no solo para ganarlo todo, sino para convertirse en la reina absoluta de estos juegos. Pero a la hora de la verdad algo falló en su cabeza y Biles decidió abandonar la competición. En ese momento fue la persona más valiente que había en aquel pabellón, en aquel momento fue la persona más valiente de todo el planeta.

A nivel competitivo sus números son incontestables: 30 medallas entre juegos olímpicos y mundiales, los números de la gimnasta más exitosa de la historia. Pero a pesar de que son impresionantes, más impresionante es la lista de habilidades que ha realizado a lo largo de su carrera, incluyendo el salto más difícil existente en suelo y que a día de hoy nadie más ha sido capaz de realizar. No solo es que haya ganado más que nadie, es que lo ha ganado de la manera más difícil posible. Esta a la altura de deportistas míticos como Michael Jordan, Usain Bolt, Michael Phelps, etc, etc. No necesita hacer nada más en su vida para demostrar absolutamente nada. Ganar más o menos medallas en Tokio solo iba a aumentar un número ya de por si mítico. A estas alturas Simone ha demostrado de sobra que forma parte del olímpo del deporte y que va a estar ahí para toda la historia.

En estos juegos simplemente había que descubrir el numero total de medallas que se iba a colgar al cuello. La ronda clasificatoria, esa que determina que equipos pasan a la final y que gimnastas van a competir individualmente por medalla no pudo ir mejor para Biles: primera posición de todas las participantes y clasificada para la final de los cuatro aparatos. Sin embargo, un vistazo a su concurso dejaba algunas dudas. Pequeños fallos, saltos con bastantes dudas, alguna que otra falta de concentración. Biles había hecho un concurso excelente pero no sobresaliente del todo. Era como si le faltara algo, como si le faltara ese puntito extra que tienen los ganadores.

Y llegó la final por equipos. Estados Unidos empezaba la rotación en salto. El turno de Biles llegó y tras una veloz carrera hizo un salto rarísimo, como si se hubiera quedado a la mitad de terminarlo. Fue corriendo a hablar con sus entrenadores y más tarde abandono el pabellón para acudir a los vestuarios. Nadie sabia que pasaba. Pasados unos minutos salió con un vendaje en el pie y la noticia de su retirada. Se hablaba de una posible lesión, de que algo había pasado en ese salto que pudiera haber lastimado su pie. Pero nada de eso, se retiraba por una lesión, pero no de tipo físico, sino de tipo mental. El cerebro de Biles había dicho basta, no podía más. Hacía solo dos días que había puesto en su cuenta de instagram

A veces realmente siento como si tuviera el peso del mundo sobre mis hombros. Parece que me lo puedo quitar de encima y que la presión no me afecta, pero a veces es difícil hahaha!”.

En ese momento decidió hacer lo mejor para ella y para su equipo, abandonar la competición. No estaba para competir. Podía haber seguido haciéndolo, podía haberse obligado a subirse a cada aparato y forzar a su cuerpo a hacer lo que su cabeza no quería. Hubiera sido un desastre. Podía haber ido desde una catarata de fallos desastrosas a una posible lesión que la hubiera apartado del deporte de por vida. Seguramente habría sido algo terrible ya que para competir en este tipo de eventos uno necesita estar tanto física como mentalmente al 100%. Puede parecer que dejó a su equipo en la estacada, pero todo lo contrario, viendo que ella no era capaz de competir dejó paso a una de sus compañeras que en las actuales circunstancias lo haría mucho mejor. Hizo lo correcto para todos, pero sobre todo hizo lo correcto para ella misma.

Como no podía ser de otra manera, las redes han echado fuego con este tema. Millones de mensaje de apoyo, como no podía ser de otra manera. Pero siempre hay unos cuantos imbéciles que no se han movido del sofa en su vida y que hablan de que si un deportista de verdad haría esto o lo otro, o de que si los atletas de ahora se están volviendo demasiado blandos. Pues todo lo contrario, los deportistas de ahora se están haciendo más fuertes que nunca. Tener el valor de abandonar una competición de esta manera por un problema de salud mental es uno de los actos más valientes que he visto en mi vida. La mayoría de todos nosotros, el que esto suscribe incluido, habría agachado la cabeza, seguido en competición y seguramente fingido una lesión a la menor oportunidad. Hubiéramos optado por la solución más cobarde. Simone decidió ser fuerte y plantarse, demostrando al mundo que incluso los más grandes, los más capaces, los números uno, tienen sus momentos de flaqueza. Fue el acto más valiente de toda su carrera deportiva y el más arriesgado de toda su carrera. Simone Biles no es solo una de las gimnastas más extraordinarias de toda la historia, es una de las personas más valientes de toda la humanidad.

La insoportable levedad de los JJOO de Tokio

“¿ Por qué pone Tokio 2020 cuándo estamos en 2021?” Esta pregunta tiene una respuesta larga y elaborada que habla sobre merchadisings, logotipos y todo tipo de derechos de imagen. La respuesta corta es “por la pasta”. El COI lo ha disfrazado de espíritu olímpico, de lo bueno que es mantener las tradiciones y que en definitiva, que como es la primera vez que se retrasan unos juegos cualquier cosa que hagan esta bien hecha. Ellos jamás hablan del dinero, aunque todo el sentido de que se estén celebrando estos juegos tiene única y exclusivamente razón desde el punto de vista monetario.

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no se celebraron cuando tocaba, es decir, a finales de julio de 2020 debido a una de las peores pandemias de toda nuestra historia, la provocada por el COVID 19. Era impensable celebrar unos juegos en esas condiciones a pesar de que el COI intentó hasta el último momento evitar su cancelación, mirando todo el rato hacía otro lado como si no pasara nada. Pero la pesadilla en la que se convirtió nuestras vidas hizo imposible negar la mayor, que ni los juegos ni una gran cantidad de eventos se podrían celebrar en esas condiciones. En algunas competiciones, como la Champions League o la NBA se buscaron soluciones de emergencia que consistían en crear burbujas alrededor de los deportistas y olvidarse de la existencia de público a los eventos. Pero esto en unos juegos en algo sumamente complicado de hacer porque el número de atletas implicado es altísimo (más de 11.000) y los eventos no se concentran en una única sede, ya que suelen estar dispersos por todo el país organizador.

Los juegos fueron cancelados y se decidió que se celebrarían al año siguiente, porque seguramente la situación a nivel sanitario habría mejorado y se podría meter público y todo sería como antes. Y sí, la situación es mucho mejor que hace un año porque ahora tenemos las vacunas, algo de que lo entonces no teníamos ni idea de cuando iba a llegar. Pero el virus sigue libre y rampante por todo el mundo y los contagios siguen sucediéndose día tras día. Estamos algo mejor, sin duda, pero todavía queda un largo camino que recorrer, un camino enorme. Así que lo del público sigue siendo algo imposible en un evento de estas magnitudes. Traer a tu país cientos de miles de personas venidas de todos los lugares del mundo no parece la mejor idea del mundo. Y no se ha hecho. Pero sin toda esta gente, ¿los juegos tienes sentido? Pues sí y no. Pero mayormente no.

En Japón la mayoría de la población no quería que se celebrarán estos juegos (en torno al 82% según algunas encuestas). Es fácil comprender la razón, en medio de la situación que estamos no es el momento idóneo para celebrar unos juegos. Lo mejor hubiera sido dejarlo pasar hasta el siguiente turno en 2024, donde seguramente ya estaremos en otro contexto mundial muy diferente. Pero claro, entre que a París no se los puedes quitar porque ya han metido muchas pasta y que en Tokio también llevan gastado lo suyo… ¿cómo los vas a cancelar? Porque esta el tema de los contratos televisivo, donde da igual si hay publico o no en el estadio. Y ese dinero es sagrado y es el que manda. Así que gracias a la sacro santa televisión los juegos se han celebrado sí o sí. Por el espíritu olímpico, claro.

Esto nos ha llevado a una de las ceremonias de inauguración más triste de toda la historia. Triste tanto por su contenido, como por su continente. En la ceremonia de clausura de Rio 2016 todos nos creamos nuestras propias expectativas al ver a Mario Bros formar parte de lo que estaba por venir. Era fácil imaginarse unos juegos marcados por los videojuegos, el anime o los mecha gigantes. Cada uno se creó su propia fantasía con la esperanza de que los japoneses fueran capaces de incluso ir más allá de nuestros sueños más locos. Las expectativas no es que fueran altas, es que eran estratosféricas. Y en Tokio han ido justo en la dirección contraria. Una ceremonia sencilla, sobria, llena de mucho sentimiento y con un discreto despliegue tecnológico. Ha sido algo muy lejos de lo que cualquiera podía esperar y es que da la impresión que los japoneses han hecho todo esto por compromiso y con muy pocas ganas. Tienen un contrato con el COI y lo van a cumplir, pero más que por obligación que otra cosa, porque por ellos, lo hubieran cancelado todo hace mucho tiempo.

Yo este año estoy un poco como los japoneses. Mi excitación por los juegos se diluye cada vez que veo esas gradas completamente vacías. Y que no estamos en 2020, que es cuando tocaba. Parece una tonteria, pero celebrar una competición cuando no toca es antinatural y lo desvirtua todo. No había otra, así es la vida, pero esta todo como fuera de sitio y cuesta afrontar los juegos con la misma ilusión que otros años. En esta ocasión no habrá textos diarios siguiendo los juegos pero si alguno suelto comentado alguno de los aspectos más llamativos Son unos juegos tristes para todo y cuesta bastante verles el lado bueno.

Fin de fiesta inesperado

Normalmente cuando llegamos al último de día de los juegos ya tenemos todo el pescado vendido. Siempre nos queda la final o semifinal del baloncesto, pero por norma general en el resto de deportes que quedan por disputar no hay gran cosa que hacer. Excepto en estos juegos donde el último día ha sido un cumulo de inesperadas sorpresas.

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El día comenzó con la final de gimnasia rítmica. No tengo ni idea de si aspirábamos a metal o no, pero la clasificación en primera posición del día anterior nos había colocado en posición de favoritos. Realmente no entiendo mucho de este deporte (ni de muchos otros, pero de este más) así que lo único que puedo decir es que el ejercicio que realizaron las españolas en cinta me pareció sencillamente espectacular. No en vano fue el mejor puntuado de todas, así que parece que fue algo realmente excelente. Lo de pelota y maza no nos salió tan bien y ese fue el aparato donde nos fundieron las rusas, que se marcaron también un ejercicio memorable. Tras tener claro que el oro estaba muy lejos de nuestro alcance tuvimos que esperar a la puntuación del resto de equipos para ver lo que el destino nos deparaba. La medalla estaba casi segura y nota a nota el resto de equipos iba cayendo detrás nuestro. La última actuación correspondía a las búlgaras, las únicas que nos podían superar. Nos sacaron una décima en el ejercicio final, que fue justo la décima que les habíamos sacado nosotras, así que empate. Pero debido a que la nota de ejecución del ejercicio es la que desempata España se llevo la plata. No es para menos, las chicas hicieron dos ejercicios buenísimos sin ningún fallo, por lo que la medalla es merecidisima. Como ya he dicho, ni idea de este deporte, pero que bien me lo pase viendo a las nuestras.

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En baloncesto nos jugábamos la medalla de bronce contra Australia y la verdad que el partido fue un resumen perfecto de como nos ha ido todo el campeonato: un quiero y no puedo continuo. No me entendáis mal, España se puso el mono de faena y se puso a jugar en serio, muy motivados, se les notaba que querían el bronce de verdad. Pero nos costaba mucho despegarnos en el marcador contra un equipo bastante inferior al nuestro como es Australia. Con un estado de forma más optimo, este partido no nos hubiera supuesto el menor de los problemas. La prueba es que el primer cuarto lo empezamos muy bien y según iba avanzando el partido nos fuimos deshinchado. Poco a poco nos iban recortando distancia y llegamos a los minutos finales del encuentro con el agua al cuello. Pero se ve que por fin han hablado de como manejar los finales de partido y tuvimos un minuto final muy acertado tanto en defensa como en ataque que nos llevo a ganar la medalla de bronce.

Lo que ha hecho esta generación a lo largo de todos estos años es sencillamente espectacular. Un bronce nos puede saber a poco ya que siempre hemos estado esperando el colofón del oro olímpico, pero para que eso ocurra deben de darse una serie de circunstancias muy especiales. Desde que la NBA manda a sus profesionales a los juegos solo en 2004 no pudieron alzarse con la medalla de oro y justo en esos juegos nos eliminaron los Estados Unidos en cuartos, en una selección en donde empezaba a dar los primeros pasos los Gasol, Calderon, etc. Desde esa eliminación siempre hemos rascado metal, algo impensable para un deporte que  mostraba la plata de los Angeles 84 como una especie de milagro. El final del camino se va acercando para nuestros hombres, lo que es una verdadera lastima, pero vaya reguero de triunfos nos han ido dejando. Han sido años maravilloso, muchas gracias por todo.

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La sorpresa totalmente inesperada vino de la mano del ciclismo de montaña, campo a través o como lo quieras llamar. Tengo que reconocer que me enganche a la prueba porque era la última en la que había participación española y me aferre a ella como quien intenta dar su ultima bocanada de aire mientras se ahoga. No tenía ninguna esperanza depositada en ella, pero total, al menos es divertida ver a los ciclistas correr montaña arriba y abajo mientras algunos de ellos sufren aparatosas caídas. Los españoles no salieron nada bien y en los primeros compases de la prueba ninguno de ellos estaba en posiciones delanteras. Así que a relajarse tranquilamente en el sofá a la espera de que acabaran los juegos. Pero de repente, oh, sorpresa, uno de los nuestros se encuentra en posiciones destacadas: ¡Carlos Coloma estaba peleando por la medalla de bronce! A partir de ahí la inquietud, los nervios, ¿pero quién es este Coloma? ¿Puede ganar de verdad medalla? Pues uno de esos deportistas a los que se les hacen poco o ningún caso porque sus posibilidades de triunfo son muy escasas aunque quedara sexto en los juegos de Londres.
Coloma hizo la última parte de la prueba en compañía de un francés al que le pidió ayuda para cazar a los dos primeros, pero este le dijo que iba muerto. Así que el nuestro tomo nota y en la última vuelta intento ataque tras ataque hasta que se despegó de su rueda para dirigirse en solitario a la medalla de bronce. A punto de cruzar la linea de meta, Coloma se echo mano de su huevada para celebrar la victoria. ¡Bronce para España! Nadie se lo esperaba, pero bien rico que sabe.

Cycling mountain bike - Men s Cross-country Race

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Y con este bronce cerramos nuestro medallero con un total de 7 oros, 4 platos y 6 bronces. 17 total, las mismas que en Londres, pero en esta ocasión de mayor valor. Ya analizaremos estos números en días venideros.
Se nos acaban los juegos, que penita más grande. Aún nos queda la ceremonia de cierre pero lo importante ha pasado ya. Así que aún nos queda hacer un pequeño análisis de como ha ido todo en general. Eso será lo siguiente que lean por aquí mientras se me cae una lagrimita.

El colofón a una carrera

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Ruth Beitia ha estado ahí toda nuestra vida. Me cuesta recordar algún momento en el que me pusiera a ver un campeonato de atletismo y Ruth no estuviera competiendo. Ya podía ser de España, de Europa o del mundo, de la Diamond League o de lo que sea ella siempre estaba allí. Lo peor de todo era verla cometer nulo tras nulo, porque el salto de altura es una prueba muy cruel donde solo acabas de competir cuando has cometido tu último nulo. Al principio esos nulos llegaban muy pronto y Ruth muchas veces no se clasificaba para las finales. Pero los años fueron pasando y ella fue depurando su técnica escalando peldaño a peldaño. Poco a poco empezó a meterse en todas las finales, a disputar un cuarto o quinto puesto, a pelear por las medallas y finalmente a ganar competiciones. Para que este ocurriera tuvieron que pasar muchos años, no se convirtió de la noche a la mañana en una campeona, fue una progresión constante.

De esta manera en los juegos olímpicos de Atenas alcanzó el puesto 16, en los de Pekin el 7 y los de Londres el 4. Y entonces Ruth se retiró porque pensó que le había llegado la hora. Estaba cansada de la competición y quería dedicarse a otras cosas, a ser más feliz. Entre esas cosas estaba el patinaje, una de sus aficiones preferidas. Pero en su tierruca, Santander, llueve mucho y no podía patinar todo lo que quería. Así que su ex-entrenador le dijo que se pasara por las pistas a dar unos consejos a los jóvenes, a hacer unos saltitos, algo sin compromiso. Pero a Ruth le pico el gusanillo y decidió volver a competir. Pero esta vez sin presión, sin mirar los resultados, solo quería divertirse. Y lo hizo durante este ciclo olímpico ganando varias veces el campeonato de Europa y la Diamond League. Así que Ruth llegaba a estos juegos en su mejor estado de forma y con ningún tipo de presión encima. El resultado que obtuviera bueno seria.

En la ronda de clasificación Ruth hizo un concurso impecable. Ni un solo nulo para pasar a una final en donde se convertía en una de las máximas favoritas. En la final el mismo resultado, altura tras altura fue superando todos los listones sin el más mínimo fallo. Hasta que llegamos a 1,97 en donde solo quedaban cuatro atletas, con Ruth liderando la prueba. Si ninguna saltaba seria oro, sino habría que seguir adelante. Y al primer intento Ruth fallo. Y la búlgara, la croata y la americana. En el segundo se repitió la misma secuencia. Y al tercero… al tercero Ruth volvió a fallar por lo que dependía del fallo de las demás. La búlgara volvió a tirar el listón, por lo que ya eramos bronce. La croata tampoco pudo con él, la plata era nuestra. Y cuando la americana volvió a derribar un grito de alegría recorrió todas nuestras gargantas. Por fin Ruth había conseguido el galardón más preciado en el atletismo, la medalla de oro olímpica. Muchas gracias por todo Ruth, has sido una magnifica compañera en este viaje que es la vida.

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Las chicas de baloncesto jugaban la final contra Estados Unidos. No hay demasiada historia que contar porque la diferencia entre el equipo americano y el resto del mundo es abismal. Llevan 20 años sin perder un solo partido en unos juegos y desde hoy van a ampliar esa cifra a 24 y tampoco se espera que en Tokyo cambie mucho la cosa.
En el partido logramos dar la cara en el primer cuarto donde solo se nos despegaron de 4 puntos. Lo estábamos dando todo y si la cosa seguía a ese nivel podíamos ponerlas en serios aprietos. Pero ahí se acabo la broma, Estados Unidos puso su velocidad de crucero, empezó a meterlo todo y el resultado final de 101 a 72 lo dice todo. Aún así somos las mejores del resto del mundo, que es mucho decir. Una maravillosa plata lograda gracias a un trabajo y una fe inquebrantable. Nuestro combinado mejor clasificado en todos los juegos, eso es un privilegio enorme. Pedazo de campeonas que tenemos, ojala nos duren muchos años.

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Oro, plata, ¿qué nos falta? La otra gran alegría del día llego de la mano de otro de nuestros seguros de vida: Saul Craviotto. Con una medalla de oro al cuello todo lo que nos diera de más era un autentico regalo. La prueba eran los 200 metros individual, una prueba extremadamente rápida y que casi no da ni tiempo de disfrutar ya que dura unos 30 segundos. Así que Saul salió a tope pero fue siempre por detrás y dado la poca distancia de la prueba parecía imposible alcanzar una buena posición. Pero una vez más nuestro piragüista hizo un final espectacular llegando a realizar un esfuerzo brutal para en el último suspiro lograr meter la canoa en las posiciones privilegiadas. ¿Había quedado tercero o cuarto? Se necesitaba comprobar la foto finish y tras bastantes deliberaciones se dio medalla de bronce a nuestro Saul y a un alemán que había entrado en el mismo tiempo. Así que un gran Saul se va de los juegos con un oro y un bronce, como nuestra gran Mireia. Que grande es este tío, como logra estar ahí juegos tras juegos. ¡Bravisimo!

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Fuera de las medallas, las chicas de la gimnasia rítmica han logrado sorprender a todo el mundo clasificándose para la final con la puntuación más alta. La medalla de oro es casi una utopía, con las rusas presentes, pero una medalla es bastante posible. En Londres quedamos cuartas, así que no es tan descabellado pensar en una medalla.

Y nos queda un día de juegos. Estamos en 14 medallas, 7 de ellas de oro. Nos vamos a quedar un poco corto para llegar a lo de los anteriores juegos pero vamos a estar ahí, ahí. A ver que tal se nos da, sobre todo en el baloncesto masculino, que tenemos que trincar el bronce sí o sí.

Un oro entre ceja y ceja

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Carolina venia a los juegos para ganar la medalla de oro. No venia ni para competir ni para hacer un papel digno ni para luchar por los medallas. El oro, solo el oro, esa era su única obsesión. No es que se sintiera superior al resto ni pensara que los juegos estaban chupados ni nada por el estilo. Pero como campeona mundial vigente y número uno no podía pensarse en otro tipo de objetivo para ella. Carolina quería el oro. Punto. Así que cuando afrontó su primer partido contra una rival muy inferior fue a tope porque no podía permitirse ningún tropiezo. Y el segundo y el tercero, y los cuartos y las semis. Todos los partidos al máximos, todos superconcentrada en ganarlos para lograr su objetivo. Un día antes de la final la entrevistaban en la radio y le comentaban que pasara lo que pasara, al menos ya tenía la plata asegurada. Ella rectifico rápidamente al periodista, plata no, hay que ir por el oro.

Y llegó la final, contra una india llamada Pusarla Venkata Sindhu, una rival muy dura y que había hecho un excepcional torneo. Así que empezó el partido y el primer set estuvo muy igualado aunque Carolina iba llevando todo el tiempo la delantera en el marcador. Hasta que la india realizo un cambio de juego que desconcertó a Carolina y logró hacerse con el primer set. Era la primera vez que la española perdía un set en todo el torneo y cuando se acercó a su entrenador, frustrada y con medio ganas de llorar solo pudo exclamar: «He perdido un set» Su voz estaba llena de miedo, pero entonces su entrenador la empezó a recordar cual era su sueño, como con 14 años ella le había dicho que quería ser campeona olímpica. Carolina lo escucho atentamente y pidió que le dejaran espacio que tenía mucho calor.

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En el segundo set Carolina salió con el oro entre ceja y ceja, no iba a dejar que la india le hiciera otra vez lo mismo. Y la dominó de principio a fin, poniendo distancia desde el principio y controlando todo el set hasta llegar al 21-12 final. Carolina había puesto la directa y no iba a permitir que la cosa cambiara en el tercer set. La india se defendía como gato panza arriba pero Carolina llegaba a todo, lo remataba todo, hacía continuos de juego, desplegaba todas sus artes. No había color, la medalla era imposible que se le escapara y aunque este set fue mas disputado, el resultado final lo deja todo claro: 21-15. En ese momento Carolina se echó al suelo, a dejar escapar todas las emociones, a gritar, a llorar, a soltarlo todo. Había conseguido su sueño, había conseguido el oro.

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Tras el partido, en varias entrevistas le preguntaron que sentía al haberlo ganado todo. ¿Todo? Pregunto extrañada ella. No, no, aún tengo que seguir ganando muchas cosas, aún tengo que repetir muchos títulos. Y lo conseguirá, porque Carolina solo tiene el triunfo entre ceja y ceja.

Que te toque los Estados Unidos en una semifinal de baloncesto es una maldición. En una final sabes que puedes morir en la cancha que no habrá partido al día siguiente. Pero en una semifinal, ¿qué haces? ¿Te esfuerzas al 200%, no vale para nada y estas destrozado para el bronce? ¿O te dejas ir, te humillan y llegas al bronce muy tocado? Claro, esta la opción de ganar, pero ganar a los USA es muy pero que muy difícil, casi imposible.


No sé que opción exacta decidió tomar España porque antes del partido Scariolo no tenía claro si usar a Gasol para el partido o resérvalo para el partido de la medalla (de bronce). Si descartas a tu mejor hombre del partido esta claro el mensaje que estas transmitiendo. Aún así Pau jugó y el equipo se esforzó al 100%, pero no más. Esto quiere decir que hizo un partido muy digno, que dieron en todo momento la cara, que en varios momentos estuvieron muy cerca de los Estados Unidos, pero que no se dejaron la piel en la pista precisamente. Los americanos hicieron un partido bastante mediocre, simplemente manteniendo una cómoda distancia en el marcado y poco más. No parecían mucho mejores que nosotros y es una lastima porque a esta selección la podíamos haber metido mano si esto hubiera sido una final y no el partido que la precede. Pero esto se decidió en la fase de grupos, cuando España no hizo los deberes que tenía que haber hecho. Se condeno ella sola a esta circunstancia por lo que al final ha obtenido lo que se ha merecido, luchar por el bronce. El resultado, 82-76, parece indicar que los tuvimos contra las cuerdas que casi estuvimos ahí. Pero no, siempre fuimos un paso por detrás, siempre nos falto creernos que podíamos ser oros.
Solo nos queda levantar la cabeza y luchar por el bronce contra Australia. Tenemos que mostrar nuestra mejor versión y hacernos con la medalla, tenemos que despedir a esta generación como se merece, con un metal colgado de sus cuellos.

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Se nota que se acerca el final de los juegos porque los nuestros ya empiezan a desaparecer de la mayoría de las pruebas. El resto del día deparó poca cosa, Carolina Rodriguez se metió en la final de rítmica, donde aspira a diploma. Nuestro flamante oro Saul Craviotto se clasificó para la final del remo 200m y el equipo de 4×1000 metros también, por lo que si hay suerte puede caer una medalla. Y García Bragado disputó sus séptimos juegos olímpicos y terminó en el puesto 20 en 50 km marcha a los 46 años de edad. Una autentica pasada, no me extraña que vaya a ser nuestro abanderado en la ceremonia de clausura. Y Bolt se hizó con su tercer oro en estos juegos en el 4×100 masculino. Tres juegos, tres oros en cada uno de ellos, 9 medallas de oro en total. Autentica leyenda.

Y poco más por hoy. Contentísimos por el oro de Carolina. A ver mañana que hace Ruth Beitia y remata la faena que están bordando todas nuestras chicas.

Superjueves

Hoy era el día esperado por toda la delegación española, el día en que los metales nos iban a salir por las orejas y catapultarnos hasta lo más alto del medallero. Y la verdad es que fue un día de intensas emociones llenas de medallas y algún que otro fracaso. Vamos a ello.

El día empezó prontisimo con el piragüismo. Y como antes de ayer con dos opciones claras de medalla y curiosamente ocurrió algo muy parecido. La primera opción venia de la mano de Sete Benavides en 200m. Y tuvo la medalla cerquisima durante toda la prueba, luchando hasta el último metro por la medalla de bronce. Pero en la última palada el brasileño que iba tercero empujo su piragua para delante, lo justo para sacarle 21 centésimas a Sete y arrebatarle el tercer puesto. No es la primera vez que nuestro palista queda en tan frustrante posición, algo de lo que declaro estar bastante harto. No me extraña.

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A continuación le tocaba el turno a uno de nuestros clásicos Saul Craviotto, medallista en Pekín y Londres, junto a Cristian Toro en 200 metros k2. Es una prueba tan rápida que o sales rapidísimo o no tienes que hacer y así hizo nuestro duo que salió a muerte desde el principio.Pusieron un ritmo de palada espectacular y hacía la mitad de la prueba ya iban liderándola claramente. No bajaron el ritmo en ningún momento y cruzaron la meta en primera posición consiguiendo la quinta medalla de oro de nuestra exposición. Craviotto es todo un seguro de vida en estas lides, esta es su tercera medalla en unos juegos y es posible que logre otra más en la prueba individual porque este chico no tiene límites. Este es el tercer oro del piragüismo en estos juegos, le esta salvando la cara al resto de deportes claramente.


El siguiente turno para medalla era para Carolina Marín, nuestra campeonisima en Badmiton. Su contrincante Li Xuerui, la actual campeona olímpica. En estos cuatro años la evolución de Carolina ha sido realmente espectacular mientras que sus rivales han tenido que ir contemplado como las pasaba por encima una a una. Esta semifinal ha sido otro ejemplo de la superioridad que la española tiene frente al resto de ranking. Ha salido concentradisima, se ha tomado el partido otra vez más como si fuera el último de su vida y ha destrozado punto a punto a su rival. Le imprime una velocidad y una garra a su juego que es muy complicado responder a todos sus lanzamientos y al final todos sus rivales acaban desesperadas. Este partido ha sido igual que el anterior y el anterior y el anterior. Una victoria rotunda, sin paliativos. La única novedad vino cuando quedaba tres puntos para que Carolina ganara el partido. Un mal salto de su rival hizo que se provocara una lesión que más tarde se descubrió que era una rotura de ligamento cruzado. En ese momento no se tenía claro si estaba fingiendo o no, pero daba igual, hubiera perdido aunque estuviera al 100%. Así que Carolina ya esta en la final donde tiene asegurada una medalla, aunque ella lo que ha venido aquí ha sido por el oro y no va a parar hasta conseguirlo. Contamos con ello.

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A continuación le tocaba a otra de nuestras aspirantes a metal, Ruth Beitia, clasificarse para la final de salto de altura. 1.94 era la altura que se pedía y Ruth empezó a saltar en 1.85. A la primera. 1.89, a la primera. Y 1.92 y 1.94. Todos a la primera, de manera limpia y sin ninguna clase de problemas. Vamos, un día más en la oficina para nuestra saltadora. A ver que tal lo hace en la final, que esta tienen que ser sus olimpiadas.

Nuestra siguiente opción de medalla venía de la vela. Tamara Echegoyen y Berta Betanzos participaban en la medal race del 49er femenino. Las cuatro primeras se encontraban con solo 1 punto de diferencia entre ellas y como los puntos de esta carrera valen doble, ganaba simplemente la que entrara en meta delante de las demás. Daba igual la posición de la carrera, simplemente importaba entrar delante de las otras tres rivales. Y desde la salida se nos acabaron casi todas las opciones ya que fue un medio desastre que nos hizo ir a remolque de las demás. toda la prueba. Hubo un momento al principio que parecía que podíamos alcanzar el bronce pero no duro más que unos minutos y nuestras esperanzas no tardaron en desvanecerse. Que pena con la gran competición que habían hecho, justo no tener el día en la carrera decisiva. Bueno, como siempre se dicen, son las cosas que tiene el deporte, pero aún así duele. En estos juegos la vela no nos ha dado los dos o tres metales que caían siempre. Gran paso para atrás.

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En baloncesto femenino nos jugábamos la plata. Vale, es algo duro decirlo así, pero en la final va a ser imposible ganar a los Estados Unidos. La diferencia entre ese equipo y el resto es mucho mayor que la existente en hombres y tendría que pasar algo muy pero que muy extraño para que no ganaran el oro. Dicho esto, nos tocaba jugar contra Serbia, actual campeona de Europa y duro rival. Un contundente 20-9 en el primer cuarto nos empezó a mostrar el camino. Las serbias apretaron en el segundo y se pusieron a 5, pero nosotras muy serias y ordenadas pusimos el turbo y nos pusimos a 15 de diferencia al final del tercer cuarto. El parcial de ese cuarto es tremendo, 10 puntos para las Serbias, 20 para las españolas. El final del partido ya simplemente lo controlamos sin mayor problema. Las serbias estaban completamente hundidas y no las permitíamos que se nos acercaran en ningún momento. 68-54 el marcador final, con lo que España gana brillantemente una medalla de plata merecidisima.
A falta de que lo hagan los chicos, son nuestro mejor combinado de todos los juegos. ¡Qué grandes!

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Las otras dos medallas llegaron vía Taekwondo. Eva Calvo y Joel Gonzalez eran nuestras claras esperanza para las medallas. Y los dos fueron resolviendo ronda tras ronda, con bastante más dificultad de la esperada, pero logrando imponerse a todos los rivales que le salían al paso. Hasta que llegaron las semifinales. A Eva le toco una egipcia adoradora del catenaccio y que no le importaba llegar 0-0 al final del combate. Y así paso, que hubo que ir al punto de oro. Varias veces estuvo a punto Eva de ser impactada por su rival, pero pudo zafarse y arrear una patada mortal que acabo con las esperanzas de su rival. Clasificada para final.

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Joel lo tuvo mucho más complicado porque le toco un jordano que según los comentaristas era una autentica maquina de dar patadas. Y sí que lo era sí. Joel no pudo hacer gran cosa ya que su rival pronto puso distancia en el marcador y se paso el resto del combate poniendo poses de chulería y desquiciando a nuestro luchador. Un 12-7 final muestra la distancia entre luchadores.

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En el duelo por el bronce Joel tuvo que enfrentarse a un correoso venezolano. 0-0 en el primer asalto, 1-1 en el segundo. Muy justo todo. Una patada a la cabeza de su rival ponía a Joel en ventaja que se dedicó a aguantar todo lo que pudo lo que quedaba de asalto. Y aunque le costo, solo recibió un golpe mínimo de su rival, terminando 4-3 y haciéndose con la medalla de bronce. ¡Bravo Joel!
A Eva le toco una rival muy complicada en la final, la actual campeona olímpica. Un 0-6 en el primer asalto hacía temer lo peor, pero Eva remontó en el segundo y se puso 6-7, ventaja mínima para la británica. Todo fue un espejismo, en el tercero nuestro rival lo sacó todo para hacerle 9 puntos más a Eva. Inapelable. Aún así, plata para nuestra deportista que ha hecho una competición extraordinaria llena de garra y coraje. ¡Bravisima!

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Así que al final sí que ha sido todo un superjueves. 5 medallas: 1 oro, 1 plata y 1 bronce y 2 de color desconocido. Bueno, al final estamos enmendando esto, pero se nos van a quedar algo corto los juegos. Y mañana más medallas, ¡seguro!

La calma antes de la tormenta

rio-espana_francia_baloncestoLa selección masculina de baloncesto destrozó a la selección francesa. Así, sin más, destrucción de principio a fin. El 92-67 final dice muy a las claras lo que pasó en la pista. Casi no hace falta ni decir más. Pero sí, vamos a contar algunas cosillas.
Si uno mira los números individuales vera que Pau solo pudo hacer 5 puntos. ¿Cómo puede ser algo así posible? La explicación viene de la obsesión francesa por anularle, por no dejarle jugar ni anotar un solo punto. Pero Pau hizo de esto una virtud, en vez de frustrarse por no poder acercarse a la canasta, se puso a atraer defensores y a repartir juego al resto de sus compañeros. Así que los pobres números de Pau lograron que Mirotic hiciera 23 puntos, Willy Hernangómez 16 y Sergio Llull 10. Anotaron todos los jugadores del equipo español a la vez que dejaban secos a los franceses. Fue una lección de baloncesto espectacular.

Bueno, pues hasta las semifinales hemos llegado. Y es nuestro próximo rival es Estados Unidos. Que sí, que podemos plantarles cara, tratarles de tu a tu y ponerlos en serios apuros en todo el partido. Estoy seguro que lo haremos y que no daremos nuestro pie a torcer hasta el último segundo. Pero es Estados Unidos, un equipo que él decide cuando empiezan y se acaban los partidos. El partido de cuartos fue un buen ejemplo de ello. En el primer cuarto Argentina salió fortísima y se puso con 10 puntos de ventaja en el marcador a los 6 minutos. En ese momento los americanos decidieron que la broma se había acabado y empezaron a jugar en serio y en los 4 minutos que quedaban Argentino hizo 2 puntos y Estados Unidos 16. Y la verdad es que ni siquiera jugaron al 100%, simplemente pusieron velocidad de crucero. Simplemente ellos deciden en que momento se acaba el partido. Así que de verdad confió en España y tengo la esperanza de que esta vez sí, nos los cargamos, nos hacemos con el oro y la mejor generación de nuestra historia se despide de la mejor manera posible. Pero… Estados Unidos… pero… semifinales. Si hubiéramos hecho los deberes un poco antes…

Eso sí, espero que si ganan simplemente lo celebran y no aparezca ese revanchismo que estoy viendo por parte de jugadores y periodistas. Desde los «¿quién no confiaba en nosotros?» hasta los de «venga, ahora subiros todos al carro». Me da mucha rabia todo esto porque la preparación y los dos primeros partidos de España fueron de autentica pena. Y cuando eso pasa, pues se dice y ya esta. Nadie esta deseando que pierdan y que se hundan en el barro. Todos queremos que ganen, sobre toda sabiendo lo buenos que son. Así que menos revanchismo y más enchufarse en los partidos, solo queremos eso. si pierden contra Estados Unidos dejándose la piel en el cambio nadie les va a decir ni pío. Pero que luchen hasta el final, que les hagan hincar la rodilla. Solo queremos eso.

rio-bruno_hortelano_semisLo de Bruno Hortelano no pudo ser. Y no pudo ser porque en este momento es prácticamente imposible que se clasifique para una final en la que tendría que haber batido otra vez su récord de España por más de 4 centésimas para meterse. Y eso en 200 metros son muchas centésimas. Que en un futuro no muy lejano va a hacer eso y más, no tengo la menor duda. Pero se le esta pidiendo demasiado a un atleta que aún le queda una progresión muy grande y que acaba de llegar a la elite. Va a ser una estrella del deporte en los años venideros, pero por ahora, paso a paso. Que ya es campeón de Europa, ojo, pero medirse con todos los velocistas finales es otra historia.

rio-jesus_tortosaYa empezamos a tener españoles en Taekwondo. Nuestra primera opción fue Jesús Tortosa que fracasó en su primer combate. Pero como en este deporte, si tu rival llega a la final te meten en una repesca para el bronce, a la repesca fuimos. Y ganó el primer combate lo que le metía en el duelo por la medalla de bronce, que perdió por la mínima (6-5). Que rabia, después de esperar varias horas para saber si estas eliminado o puedes luchar por una medalla, te ahogas justo en la orilla. Bueno, mañana tenemos a Joel, medallista de oro en Londres y Eva Calvo, que también tiene sus títulos en diversos campeonatos. A ver que tal se nos da.

Y por hoy poca más, que después de todas las emociones de ayer, necesitábamos un momento de respiro. Mañana tenemos opciones de medalla en montón de deportes, remo, vela, baloncesto, badminton, taekwondo… Lo más optimistas pronostican sobre las 6, pero con 2 ó 3 nos damos con un canto en los dientes. ¡A por todas!

Un oro inesperado y otras emociones

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Los comentaristas de televisión española son de dos tipos: entusiastas y extremadamente entusiasmas. En piragüismo de velocidad nos toco de estos últimos así que cuando proclamaban contundentemente que Teresa Portela se iba a llevar medalla no sabias si creértelo o poner cara de incredulidad. Sobre todo cuando veías que Teresa pasaba las series en tercera y segunda posición algo apuradilla, sin dar demasiada sensación de que iba a arrasar en la final. Y no lo hizo, quedó sexta y no dio muy buenas sensaciones. Así que cuando los comentaristas empezaron a decir que ojito con una tal Marcus Cooper Walz que tenía una pinta estupenda pues no se podía hacer otra cosa que desconfiar. Menos cuando había quedado tercero tanto en la primera como en semifinales. Vale a lo mejor rasca un bronce… a looooo mejoooooorrrr….

Marcus salió completamente disparado hacía el oro. Un arranque brutal que le estaba haciendo competir con sus rivales de tu a tu. Pero el ímpetu no le duro demasiado y a los 250 metros ya se estaba quedando atrás. Apañados vamos, que aún quedan 750. Poco a poco Marcus se iba hundiendo más y más, perdiendo posiciones y distanciándose de los puestos de cabeza a pasos agigantados. El típico fracasado español, promete mucho pero a la hora de la verdad fracasa miserablemente. Pero algo paso en el paso por el 750 metros, justo cuando se disputaba la parte decisiva de la carrera. Marcus pegó un acelerón, pero uno cualquiera, sino uno descomunal. Y de repente su embarcación empezó a avanzar de una manera sorprendente porque parecía que volaba. A cada palada iba ganado posiciones y de repente estaba en el primer puesto con una superioridad aplastante. Marcus cruzó la meta en primera posición dejándonos a todos con la boca abierta. ¡Qué carrera más alucinante!

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Por supuesto nadie contaba en absoluto con este oro, ni siquiera el propio Marcus, que pensaba que quizá dentro de cuatros años sí, pero ahora… ¡ahora era imposible! Por si alguno se lo pregunta Marcus nació en Oxford, su padre es británico y su madre alemana. Así que sí, es nacionalizado, pero la verdad es que cuesta no considerarlo un español más. Sus padres le llevaron con tres meses a Mallorca y desde entonces ha vivido toda su vida en España. Es un tipo con pinta de ser bastante simpático y que habla español mejor que muchos de nosotros así que, ¿quien somos nosotros para llamarlo nacionalizado?

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Ah, que también hemos ganado otra medalla, una de plata. A ver, a ver… Orlando Ortega en 110 metros valla. En su biografía pone que en los anteriores juegos participó representado a Cuba y que desertó en el mundial de Rusia del 2013. Pues… bueno, la verdad es que estos casos de nacionalización, pues pichi, picha, me dejan un poco tibio. No porque te quieras ir de tu país, que me parece bien, sino por lo rápido que nuestro gobierno nacionaliza por vía exprés a toda esta gente y se olvida de muchísimos casos más importantes y urgentes que estos. Pero en fin, es lo que tiene poner cada año menos dinero en el plan Ado, que al final tienes que abrazar con mucha fuerza todo lo que te venga de fuera.
Orlando parece un buen tío y ha demostrado de sobra que quieres ser español muy español. Nosotros por supuesto nos vamos a apuntar su medalla en el casillero y a felicitarle por su carrera. Salió un poco lento pero al final hizo una gran remontada, así que enhorabuena Orlando.

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También debutó nuestra otra sensación en el atletismo, Bruno Hortelano. Este nació en… Australia… en fin, que lo de nacer en España es de poco español. Aunque sus padres son españoles, así que casi pata negra. Pero vamos a lo que vamos, la aspiración de Bruno es llegar a la final de los 200m y allí hacer el mejor papel posible porque lo de medallas en una prueba así es algo vetadisimo a los blancos. Hortelano hizo una primera serie sensacional batiendo el récord de España, así que perfecto por ahora. Hizo mejor tiempo que los Bolt o los Blake porque para ellos esto no era una guerra, simplemente un tramite más en su paso a la final. Para Bruno cada carrera en los juegos es una oportunidad única que tiene que aprovechar al máximo, así que esperemos que vuelva a darlo todo en las semifinales.

Vamos a los deportes de equipo, empezando por la natación sincronizada. Como ya imaginábamos que iba a pasar, ya que escalar posiciones en esta prueba es tarea casi imposible, Gemma Mengual y Ona Carbonell terminaron quintas en dúo. En esta ocasión al salir de la piscina su discursos fue muy diferente y decidieron que no merecía la pena arremeter contra los árbitros. Supongo que se habrán dado cuenta de que rajar contra quien te tiene que juzgar en competiciones venideras no es gran idea. En fin. Estuve escuchando en la radio a una experta de verdad en esta disciplina y me hizo mucha gracia todo. Lo primero fue repetir que era injusta nuestra posición y que lo habíamos todo. Luego ya aclaró que las dos primeras posiciones era algo imposible porque eran demasiado buenas. Y que la tercera plaza, la de Japón se la habían ganado porque habían hecho un ejercicio sorprendente. Así que en realidad lo injusto era no haber quedado por delante de las ucranianas que son las que entrena Ana Tarres, la enemiga jurada. Acabáramos…

La emoción por la tarde la tuvimos en balonmano y baloncesto femenino. Los dos afrontaban los temidos cuartos y luchaban por ser la primera de nuestras selecciones que superaran tan fatídica fase.
rio-espana_francia_balonmanoPrimero fueron las guerreras del balonmano contra Francia. Rápidamente empezamos a marcar distancias en el marcador gracias a una pletórica Silvia Navarro que se convirtió una vez más en el muro que lo detenía todo. Llegamos a la primera parte con un esperanzador 12-5 que fuimos dilapidando en la segunda parte hasta llegar al empate final a 23 goles. Una cosa es que Silvia lo pare todo y otra que dejemos a las francesas tirar una infinidad de veces a puerta. 14 paradas son muchas paradas, pero 38 tiros son demasiados. Así que nos fuimos a la prorroga donde las francesas aprovecharon la primera que tuvieron para ponerse por delante y hacernos ir a remolque todo el rato. A falta de 35 segundos metíamos un penalti y nos quedábamos a un solo gol. Una perdida de las francesas nos dio la ultima oportunidad de gol. A falta de 6 segundos Nerea Pena se plantó delante de la portera, estiró el brazo con una fuerza endiablada y… ¡palo! ¡Cuanta crueldad para nuestras chicas! ¡Cómo se no escapa un partido así!

rio-espana_turquia_baloncestoEn el momento que se producía el tiro al palo de Nerea, las chicas del baloncesto iban perdiendo contra Turquía. 8 puntos de diferencia a 6 minutos del final, una diferencia bastante grande y que nos hacia temer que la maldición de cuartos se iba a cumplir en todas nuestras escuadras. Pero las nuestras no se pusieron nerviosas en ningún momento, aún queda tiempo, aún queda tiempo. Así que se pusieron el mono de trabajo y poco a poco fueron recortando puntos. A falta de 1:10 llegó el empate y a falta de 36 segundos nos poníamos dos puntos por delante, ¡ya era nuestro! Pero una inoportuna perdida de balón hizo que las turcas nos volvieran a empatar a falta de tan solo 4 segundos. La siguiente jugada es mágica: Anna Cruz recibe el saque, se recorre toda la pista y cuando ve que el tiempo llega a 0 se levanta y encesta. Todo el equipo salta a celebrarlo pero ella intenta mantener la calma ya que los árbitros quieren revisar si la bola entró en tiempo. No tardan mucho en tomar la decisión: la canasta es valida. Y con ese gran momento final, la selección femenina de baloncesto se convierte en el primero de nuestros combinados en llegar a una semifinal. Esperemos que mañana los chicos no nos fallen.

rio-carolina_cuartosEn Badminton Carolina jugaba los cuartos contra una coreana y ella no podía caer en cuartos, ¡ella no! Pero Carolina tiene entre ceja y ceja la medalla de oro y se toma todos los partidos como si fuera la final más importante de su vida. Salta a la pista con una concentración y una mirada capaz de fulminar a sus contrincantes. No es por eso de extrañar que durante todo el partido la coreana tuviera una cara de miedo que no hacía mas que expresar pura desesperación ante la imposibilidad de ganarle el partido a Carolina. Nuestra campeona no la dio ninguna opción de hacerse con el título. No hubo partido tal era la superioridad de nuestra Carolina. Victoria aplastante y a las semis, que pase la siguiente que se la tiene que merendar con patatas. Nuestra Carolina es impresionante, es una de esas deportistas destinadas a marcar una época.

Así que dos medallitas más, lo que hace un total de 7. Bueno, a ver si poco a poco vamos haciendo unos números decentes y acercándonos a unos dobles dígitos. Que mínimo que 10, ¿no?